29 marzo 2007

Mentira de un atardecer


Mentira de un atardecer:
glorificado momento de paz.
Algún instante de quietud,
desvanecido por la crueldad de un gesto,
una palabra.


Polaroid de una sonrisa:
sentimiento que la distancia no borra,
solo distorsiona por la bruma del ambiente
cuyas gotas de agua limpian en un instante:
una lente emocionada.


Reflejos en agua cristalina:
poderoso caudal de manantial,
reverdecer de algún árbol marchito,
el piar de las más alborozadas aves,
gozosa selva que en tu nido llevas.


El hombre no es feliz, siempre se lastima



La incansable necesidad de explicar,
el interminable sueño de entenderlo
o el simple hecho de escribir,
sentimentar una hoja blanca.
Brotar lágrimas de puras palabras,
ruborizar el mas pulcro de los espejos.
Siempre, siempre.

Indomable humano incapaz,
inútil vástago de piel.
Inmundo ser de cristal,
la fragilidad te lastima
tu coraza ya no protege,
Se dejó vencer por esto,
por palabras sin filo
letras dibujadas por infantes.
Pero no,
la mente trastornada no,
imposible comprender tonadas azules.
Siempre, siempre.

Alguna razón existe,
todo es por algo.
Nada es gratis en este mundo.
Las letras no deambulan desoladas,
el sentido en ellas no es oculto
La mente lo desenvuelve para sí,
incapaz de ser feliz sin ellas

¿es que acaso cuesta mucho obviarlas?
El hombre no evoluciona,
Siempre, siempre…
Siempre se lastima