22 noviembre 2011
Algo (#2)
(Letra y música:
Digamos que Los Paranoias, o Luis Iran pues
Hey! donde están los paranoias?
2007)
Todo comenzó cuando un espléndido Blog de un gran y entrañable amigo: Victor (www.victor-marin.blogspot.com), a.ka. veeteefunk publicó alrededor de hace un año un post: "Caracas, mi Caracas" con el excelente video de esta canción. Al ver el video y recordar lo simple y genial que es, inmediatamente se lo envío a la que hoy en día es mi esposa (en aquel entonces novia) e igualmente se lo tripeó por completo. Desde ese entonces esta canción nos ha recordado mucho a nosotros, quizás por la simpleza de la felicidad de la protagonista del video, abstraída del mundanal ruido bailando de lo mas contenta con su música, o a lo mejor tal vez por el ritmo pegajoso de la canción, o por lo ligero y fino de la letra. En realidad no estoy seguro de la causa, pero si se que esta canción cada vez que ella la oye, piensa en mí, así como yo pienso en ella cada vez que la oigo. No se si alguna vez lo hicimos, pero con esta canción vienen recuerdos de los viernes atardeciendo en Caracas, cuando solíamos salir al techo de nuestra casa a tomarnos unas azules mientras veíamos el atardecer, el majestuoso Ávila a un lado con sus cascadas, música de fondo y ella y yo sentados... por esos instantes Caracas parecía ser la mejor ciudad del mundo.
Y para completar lo especial que tiene esta canción para mí, sueño con bailarla en nuestro matrimonio, porque entre todas las mil y un canciones que me recuerdan lo enamorado que estoy, esta es quizás la mas especial, la mas alegre y la que mas quiero cantar junto a ella...
"Estoy aquí, así es y siempre será así"
29 mayo 2009
Música para Camaleones (#1)
22 mayo 2009
Melodías con sombrero gris
Casualmente, hace poco sostuve una conversa con un muy buen amigo y el me comentaba que le costaba entender como había gente que le decía que una canción “le llegaba” o le “marcaba la vida”. Y en parte lo comprendo, puesto que si no se ha sentido esa afinidad con una canción o melodía puede llegar a ser difícil entender esa conexión que ocurre a veces al oír alguna pieza musical. Para tratar de explicárselo me apoyé en ejemplos de algunos de los temas que ser irán posteando en esta “sección”.
Al decir que una canción me “marca” no implica que cuando la oí por primera vez sentí una conexión con la misma. De hecho, desde Abre y hasta Rodolfo (ambos discos de Fito), salvo muy contadas ocasiones, me tomó oír detenidamente los discos para poder entender nos solo el disco como una unidad, si no para digerir las canciones. Por ello, muchas de las canciones que haré mías en los post, las he comprendido años después de ser editadas (“Buena Estrella” por citar alguna), pero eso no quita que en ese momento hayan hecho un antes y un después.
Así mismo me apoyo en estos capítulos para darle un giro al blog, que si bien tenía años en abandono, trataré de actualizarlo no solo con esta sección, sino con alguna que otra reseña musical perdida, algunos extractos de escritos anteriores, o con post nuevos que siguen la línea anterior.
10 agosto 2007
Cuando uno pierde lo que uno ha escrito
22 junio 2007
En la cola de Banesco
20 junio 2007
... pero aún estoy aquí
Ella solía vivir en relativa calma, siguiendo una rutina que no la convencía mucho, pero que al fin y al cabo consideraba era lo mejor para ella y para su hija. Hacia ya 5 años desde que solo vivían ellas dos en casa. Se levantaban, ella la dejaba en el colegio y luego se iba a su trabajo. Salía, la buscaba, comían en casa, dejaba a su niña con la vecina, iba a la universidad y finalmente llegaba a casa en la noche. De lunes a viernes se repetía la misma historia sin mayores sobresaltos. Ella solía pasar sus escazos ratos libres de la noche urgando en internet buscando algo que leer y, cuando se sentía sola y de humor, navegaba por algún chat buscando complicidad en sus antojos. Los fines de semana eran distintos, estos dos días los pasaba normalmente sola, entregada a los libros y a los discos que solía poner sin saber realmente lo que estaba sonando, abstraída en su mundo. Soñaba con volver a nacer, comenzar de nuevo, amanecer un día en otro país, libro en mano y disfrutar que el viento pasara sobre ella por su propia voluntad...
Cuando las noches se cubren de nubes negras y comienza a diluviar sobre la ciudad, el siempre se para frente a la ventana, por unos minutos contempla la lluvia caer, y se dirije a la cocina, prende la estufa y la cubre con una pequeña olla cargada de agua. Al tiempo que esta hierve, busca su taza térmica de aluminio, descubre algún té de su colección (generalmente de menta, sobre todo si sentía frío), coloca un par de terrones de azucar blanca al fondo de la taza, y justo antes de llenarla hasta la mitad con el agua, le coloca una ramita de canela, que mas por el sabor, decía era porque el aroma de la menta junto a la canela era algo indescriptible, solo comparable con la sensación de recibir un beso en la frente, o de contemplar un rostro con una sonrisa de esas que hacen temblar aderezada con unos ojos trashumantes. Una vez tenía su té en la mano, tomaba la computadora y se ponía cerca de la ventana, abría siempre una página en blanco y comenzaba a escribir, a hacer e imaginar...
21 abril 2007
Así te imaginé
Escribiendo en tu ya envejecido cuaderno.
Mirando el escaso cielo oscuro que la ventana te deja ver.
Cantando esa canción que te trae recuerdos.
Bajo esa tierna mirada que destellas en tus ojos…
De pronto tus ojos resplandecen… la ves,
Una tenue estrella fugaz cruzó tu mirada,
Tu tierna mano comienza a dibujar palabras sobre el papel,
Palabras,
Palabras que contaran detenidamente como te sientes
Tu pluma delicadamente rasga letras sobre la hoja.
Se puede ver de que escribes.
Comienzas con un simple cuento, una pequeña historia.
Luego, tú vas siendo parte de ella,
Tú eres la historia.
La historia que comenzaste te tomo como protagonista.
Al final,
Unas pequeñas gotas de sal caen de tus ojos,
Marcan el fin de aquel hermoso y triste cuento,
Tu no lo quieres, pero la nostalgia se apoderó de ti.
Tus negros y profundos ojos se empapan, es el fin.
No puedes dejar de mirar por la ventana,
La noche, la lluvia, la melancolía, ese papel…
Todo parece estar en tu contra, pero ahí estás tú.
Firme bajo la ventana sin caer en el más amargo de los llantos.
Oyendo esa canción que por más que quieras, no puedes quitar.